Un demócrata

    Raúl Castro no tiene a quién dejarle Cuba. Habiendo gobernado la isla más tiempo que ningún otro hombre, salvo su hermano, Raúl llega al final de su supuesto último término como jefe del Estado sin saber muy bien a cuál de los serviles cortesanos que lo rodean va a entregar el país que él mismo heredó de Fidel, como si hubiera sido parte del tesoro de su familia. Todavía existe la posibilidad, aunque en apariencia remota, de que no pudiendo escoger un sucesor confiable entre tantos nadies, Raúl decida seguir siendo presidente de Cuba hasta el día en que se caiga muerto. Lo más probable, sin embargo, es que no teniendo ningún Salomón entre sus posibles herederos, nada más que alfeñiques, Raúl se resigne a ser sucedido, aunque sea, en un primer momento, solo formalmente, por alguien que, hasta donde se ve, tiene la edad adecuada y ninguna otra cualidad para gobernar Cuba en un momento en que ni Salomón sabría cómo hacerlo, el rigurosamente inocuo Miguel Díaz-Canel, que fue puesto en la posición de vicepresidente primero, para sorpresa del país y quizás de él mismo, cuatro años atrás.

    La actual posición de Díaz-Canel no es garantía de que vaya a convertirse en el quinto presidente de Cuba desde 1959. Todavía le queda tiempo de meter la pata, ofender o decepcionar a Raúl o, peor, dar alguna indicación de que no sería, si lo hacen presidente, tan dócil y gris como hasta ahora. Si se le escapa una nota de sinceridad o inteligencia, si susurra al oído de su esposa o su mejor amigo un chiste sobre Raúl, y la Seguridad del Estado lo oye, si le dice a alguien lo que haría como presidente si fuera presidente de verdad y no solo de mentiritas, Díaz-Canel irá a parar a donde están Carlos Aldana, Roberto Robaina y Carlos Lage, al fondo de la historia de la revolución, un paraje horrísono habitado por los cadáveres insepultos de antiguos príncipes comunistas, caídos súbitamente en desgracia y ejecutados con un gran golpe de sable por la furia de Fidel o la de Raúl. Díaz-Canel es casi el único sobreviviente de alguna relevancia entre los políticos de su generación, lo que indica que, si bien le faltan otros talentos, tiene sin dudas el de complacer a sus jefes o al menos, el de no causarles molestia o preocupación.

    La carrera de Díaz-Canel ha sido portentosa por su mediocridad, pero la modestia de los cargos que ha ocupado hasta ahora lo ha protegido muy efectivamente, le ha servido para evitar el destructivo escrutinio al que fueron sometidos por Fidel y Raúl aquellos colocados por ellos mismos en posiciones de más notoriedad o poder. Siempre invisible, Díaz-Canel no llegó a ser primer secretario de la Unión de Jóvenes Comunistas, una posición desde la que fueron catapultados Lage y Robaina al círculo íntimo de Fidel. Fue primer secretario del Partido Comunista en Villa Clara, y duró tanto en el puesto que parecía que Fidel se había olvidado completamente de él y de su provincia. Díaz-Canel observó desde la bucólica monotonía de las Villas cómo Lage se convertía en una suerte de primer ministro y administrador general de la miseria de Cuba, y Robaina, en canciller. Incluso, cuando Robaina cayó, Díaz-Canel vio a otro advenedizo, Felipe Pérez Roque, ser elevado a Ministro de Relaciones Exteriores.

    En Santa Clara, Díaz-Canel adquirió cierta reputación de liberal e ilustrado, al menos en comparación con los energúmenos que le habían precedido y los que padecían provincias aún más desafortunadas. No es que Villa Clara se convirtiera en Massachusetts bajo su mando, pero Díaz-Canel, muy notablemente, toleró los espectáculos de travestismo en el célebre club El Mejunje, y el laborioso periodismo investigativo del programa Alta Tensión de la CMHW, dos rarezas en Cuba que, de haber aparecido en otro lugar, Camagüey, Granma, Santiago, habrían sido aniquiladas en el acto por la Seguridad del Estado, y todos esos revoltosos, las falsas Farah Marías y los periodistas investigativos, sacudidos hasta que se les quitara la pajarería o la ridícula idea de hacer periodismo. O bien Fidel no se enteró nunca de esos pecadillos políticos de Díaz-Canel, o bien decidió que un poco de Farah María y un poco, solo un poquito, de Abel Falcón y Xiomara Rodríguez, eran un precio justo a pagar para mantener a Villa Clara pacífica y obediente.

    El premio que le dieron a Díaz-Canel por lograr que sólo la mitad de Villa Clara se fuera del país durante los años noventa, y la otra mitad siguiera marchando y dando alaridos revolucionarios, no fue un jugoso ministerio con un abultado presupuesto en dólares, sino Holguín, y un asiento en el Buró Político. No hay ninguna evidencia de que Holguín haya prosperado durante el consulado de Díaz-Canel, pero la provincia estaba ya en tal estado a su llegada que poco podría haber hecho él o cualquiera para hacer las cosas peores. Prudente, Díaz-Canel no se asoció en el Buró Político con Lage y Pérez Roque, que deberían haber sido, por edad si no por otra razón, sus leales aliados. Quizás Díaz-Canel intuyó que Lage y Pérez Roque tenían los días contados o bien aquellos sospecharon que los años pasados lejos de la capital habían convertido a Díaz-Canel en un nuevo, rozagante José Ramón Machado Ventura, del que debían cuidarse tanto como del Machado Ventura original, pero cuando el vicepresidente y el canciller de Cuba fueron sensacionalmente defenestrados en marzo del 2009, el primer secretario del Partido Comunista en Holguín los vio caer con la misma parsimonia con que había visto su ascenso.

    La caída de Lage y Pérez Roque fue lo mejor que le pasó jamás a la carrera de Díaz-Canel. Sólo dos meses después, Raúl lo llevó para La Habana y le dio un ministerio, aunque fuera uno deleznable como Educación Superior. Cuando Raúl comenzó a buscar a alguien que no hubiera cumplido ya 80 para dejarle la jefatura del Estado en 2018, no vio muchos candidatos que fueran medianamente creíbles como presidente, que pudieran ir a las Naciones Unidas, o a las cumbres iberoamericanas, o a Moscú o Beijing sin avergonzar a Cuba y hacerla lucir incivilizada. Díaz-Canel, que no había sido ministro de nada importante, que no había gobernado ninguna de las dos ciudades más grandes del país, que no había estado involucrado en el planeamiento o la ejecución de la política internacional de Cuba o de su estrategia de defensa y seguridad, pero tenía menos de 70, y todos sus dientes y su pelo, y había sabido obedecer sin chistar durante treinta años, fue el elegido. Entre dientes, Díaz-Canel debe haberse quejado de su sempiterna mala suerte. Él sólo quería un ministerio.

    Aún podría Raúl, incluso sin que Díaz-Canel haga nada, cambiar de parecer y escoger otro presidente. La nueva Asamblea Nacional que será soviéticamente designada a inicios del próximo año, será tan complaciente como la anterior, y votará por quien le digan que vote, y lo hará con gran gusto, nadie dirá ni pío. Raúl, que conservará todo el poder real desde su puesto de primer secretario del Partido Comunista, podría darle el puesto a cualquier otro de sus secuaces, qué importa a cuál, con tal de que no sea demasiado viejo, no vaya a ser que el nuevo presidente se muera a mitad de su término y haya que buscar otro a la carrera. No ha habido, sin embargo, ningún esfuerzo aparente para darle relevancia y lucimiento a ningún candidato alternativo a Díaz-Canel, mientras que a este lo han tenido durante cinco años dando vueltas por el país y pronunciando discursos en los congresos a los que ya Raúl no se toma el trabajo de asistir, como el de los periodistas. Hasta lo enviaron a Roma a saludar al Papa.

    Algunos observadores en el extranjero insisten en que Raúl intentará elevar a su propio hijo, el coronel Alejandro Castro Espín, pero eso parece improbable, Raúl no es Kim Jong-il, va a guardar​ las apariencias. Castro Espín es prácticamente desconocido en Cuba, la mayoría de los cubanos nunca lo han visto ni lo han oído hablar, no ha tenido hasta ahora ningún puesto público importante, no es más que el hijo de su padre, aunque tenga ya un enorme poder. Será interesante observar dónde queda Castro Espín después de las elecciones, si sigue oculto en el corazón del aparato de seguridad, defensa y espionaje de Cuba, o si es sacado a la luz, es decir, a los titulares del Noticiero Nacional de Televisión, puesto en un sitio donde pueda ser visto y examinado por el país y quien quiera que quede en el mundo todavía interesado en el asunto, en el Consejo de Estado, o ministro de alguna cosa. Desde un puesto de más prominencia, Castro Espín representaría a su padre y al vocinglero fantasma de su tío, y estaría en punta para conquistar el poder cuando se le presente la ocasión, que puede ser tan pronto como la primera vez que Díaz-Canel diga ji y Raúl diga je.

    Lo más deprimente de estas especulaciones es que no importa demasiado quién se convertirá en presidente de Cuba el año que viene. El título no tendrá valor mientras Raúl viva y controle el Buró Político del Partido, las Fuerzas Armadas y la Seguridad del Estado, y un cerrado círculo de generales y coroneles administre la economía del país, lo que queda en ella que todavía produce dinero en vez de derrocharlo. El poder del próximo presidente del Consejo de Estado será tan poco, que bien podrían darle el puesto a un notable, a Miguel Barniz, a Silvio Rodríguez, al dúo Buena Fe, a los dos, que la gente no notaría la diferencia entre ellos y Díaz-Canel o cualquier otro político. Un Salomón sería mucho pedir, pero Cuba necesitaría, después de Fidel y Raúl, alguien que tenga el coraje de sacudir al país hasta que se le quite la bobería que tiene. Un hombre, aunque sería mejor una mujer, que hubiera viajado por el mundo, y no sólo como parte de delegaciones oficiales, que haya leído extensamente, y no sólo discursos de Fidel y el diario del Che, sino, si se puede pedir, a Shakespeare, a Cervantes, a Dostoievsky, El Siglo de las Luces, que haya estudiado economía, derecho, finanzas, historia, ciencia política, filosofía, comunicación, en una universidad de verdad, no en una supuesta escuela del Partido. Más necesario aún sería que tuviera por los cubanos compasión y afecto, y, crucialmente, que comprendiera el significado, el júbilo y los beneficios de la libertad. Cuba, a fin de cuentas, no necesita un general ni un economista ni mucho menos una de esas inexplicables criaturas llamadas, en lengua de bárbaros, cuadros del Partido, un Díaz-Canel. Necesita un demócrata.

    De esos, no hay ni uno solo en la corte de Raúl.

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    Juan Orlando Pérez
    Juan Orlando Pérez
    Es, tercamente, el que ha sido, y no, por negligencia o pereza, otros hombres, ninguno de los cuales hubiera sido tampoco particularmente estimado por el público. Nació, inapropiadamente, en el Sagrado Corazón de La Habana. A pesar de la insistencia de su padre, nunca aprendió a jugar pelota. Su madre decidió por él lo que iba a ser cuando le compró, con casi todo el salario, El Corsario Negro. Él comprendió, resignadamente, lo que no iba a llegar a ser, cuando leyó El Siglo de las Luces. Estudió y enseñó periodismo en la Universidad de La Habana. Creyó él mismo ser periodista en Cuba durante varios años hasta que le hicieron ver su error. Fue a parar a Londres, en vez de al fondo del mar. Tiene un título de doctor por la Universidad de Westminster, que no encuentra en ninguna parte, si alguien lo encuentra que le avise. Tiene, y eso sí lo puede probar, un pasaporte británico, aunque no el acento ni las buenas maneras. La Universidad de Roehampton ha pagado puntualmente su salario por casi una década. Sus alumnos ahora se llaman Sarah, Jack, Ingrid y Mohammed, no Jorge Luis, Yohandy y Liset, como antes, pero salvo ese detalle, son iguales, la inocencia, la galante generosidad y la mala ortografía de los jóvenes son universales. Ahora solo escribe a regañadientes, a empujones, como en esta columna. La caída del título es la suya, no le ha llegado noticia de que haya caído o vaya pronto a caer nada más.
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    37 COMENTARIOS

    1. Excelente análisis y la propuesta inmejorable. Felicidades. En el entorno cubano no existen los demócratas sino los mediocres comisarios políticos que no saben nada ni de economía ni de Sociología ni de Ciencias Políticas ni de Administración pública. Mucho menos tienen la elaboración cultural de haberse leído alguno de los clásicos citados en este artículo. Son espíritus «troquelados» con consignas y sin la menor idea de cómo dirigir un país.

    2. Algunas precisiones:

      -Villa Clara es la cuarta provincia más poblada de Cuba; Holguín es la tercera. Díaz-Canel fue Primer Secretario de ambas.

      -Además de Ministro de Educación, Díaz-Canel era desde 2009 uno de los siete vicepresidentes del Consejo de Ministros, a cargo de Educación (del pre-escolar hasta los posgrados).

      -Como a los discursos Raúl Castro solo le han hecho caso cuando dijo que va a reformar las reglas para viajar al extranjero o que habría una embajada estadounidense en La Habana, les suplico que atiendan a este fragmento de sus palabras el 24 de febrero de 2013:

      «En esta sesión la Asamblea Nacional eligió al compañero Miguel Díaz Canel Bermúdez Primer Vicepresidente del Consejo de Estado y posteriormente aprobó su designación como Primer Vicepresidente del Consejo de Ministros.»

      «Consideramos que en las circunstancias que vive el país y se ha visto obligado a desenvolverse durante más de medio siglo de Revolución, debe garantizarse en la cúspide del poder estatal y gubernamental la unidad ejecutiva frente a cualquier contingencia por la pérdida del máximo dirigente, de manera que se preserve, sin interrupciones de ningún tipo, la continuidad y estabilidad de la nación.» http://www.cubadebate.cu/especiales/2013/02/24/raul-castro-la-mayor-satisfaccion-es-la-tranquilidad-y-serena-confianza-que-sentimos-al-ir-entregando-a-las-nuevas-generaciones-la-responsabilidad-de-continuar-construyendo-el-socialismo-fotos/#.WXeFKoQ1_IU

      -Ahora, lean lo que escribió Alexander Hamilton cuando en 1788 le explicó a sus conciudadanos para qué le iba a servir a los Estados Unidos tener algo llamado «vicepresidente». http://avalon.law.yale.edu/18th_century/fed68.asp

    3. Interesante comentario, ya es tiempo de abrir decisiones tan importantes como los destinos de una nación, a su pueblo, que es el que aguanta día a día tantas precariedades. Ahora me reservo mis dudas sobre su definición del demócrata necesario para nuestra Cuba. En serio debe haber viajado por el mundo para ser nuestro salvador? Espero que en su cocepción también quepa la idea de viajar a través de libros, porque entonces este caballero o dama que nos salvará tendrá que tener abundante plata o muy buenas amistades para recorrer el globo terrácleo, espero que luego esas amistades no pidan la cuenta de los viajes con un trozo de pastel cubano. Por otro lado, cuando usted habla de universidades «de verdad», donde debió aprender sus saberes nuestro imprescindible líder, espero que se refiera también a las distribuidas por toda la Isla, y no para ser verdaderas tengan que estar fuera de nuestras costas. Por ejemplo, me considero una profesional «de verdad»,graduada de la Universidad verdadera de Camaguey, donde profes como Varona, el pobre doctor en filosofía de una universidad bolchebique, asumo que de mentiras, me enseñó a pensar por primera vez por mi propia cuenta y a tener mi percepción personal de la realidad cubana, pa que tú veas, ni tuve que ir a estudiar a Masashussets.

      • Darien, creo entender la motivación de tu comentario, eres graduada de la Universidad de Camagüey, pero aunque afirmes que no necesitaste estudiar en Massachusetts ( digo, creo que eso quisiste decir) tu ortografía, pobre a más no poder, dice otra cosa.

    4. En mi opinión Raúl se guardará las espaldas, por el tiempo que le quede vive con alguien de la vieja guardia comprometida. Nadie mejor que Ramiro Valdés, todavía puede asumir el poder por cuatro añitos. Un tipo duro para tiempos duros. Un «histórico» en turno, que tiene muchas cuentas que pagar y no jugará a la perestroika tropical. Raúl no quiere pasar sus días finales ante un Tribunal Internacional. Tampoco Ramiro. Después de ellos dos, habrá tiempo para todo… Hasta para estornudar!

      • Dairen y tú te crees » algo » porque dices que tú no has estudiado en Massachusses para dar esa opinión y tú te crees inteligente escribiendo eso ? ? Cuándo el artículos ya dice universidad de verdad tiene toda la razón porque todas esa Univ. cubanas creadas por la momia no fueron más que un engaño a tí y otros bobos como tú y años extranjeros ideota que le creyeron todo , tienes el cerebro algo chamuscafo

        • En serio, en serio, que no te ciegue el anticastrismo. Estudié en una universidad cubana, como el autor del artículo, y las considero de gran calidad, fuera de toda la propaganda política. Tuve profes que por lo que me enseñaron podrían considerarse subversivos. En serio, amigo ni siquiera entendiste el post, el autor se refería a las escuelas de cuadros, donde se adoctrinan a los dirigentes cubanos, y coincido con él en que no son nada realistas. Pero no creo que este autor denigre a la universidad cubana, de la cual formó parte y donde debió ver, como yo lo vi, un montón de profes transgresores de lo políticamente establecido y con una cátedra que le sumba el mango. EN FIN, CREO QUE GASTO MI TIEMPO, CON ESE VELO DE ODIO NO PUEDES ENTENDER NADA DE NUESTRA REALIDAD, QUE ES MUCHO MÁS DIVERSA QUE UNA SIMPLE PERRETA CONTRA LOS CASTRO.

    5. Esto es sucio difícil de remover. Según lo veo, me parece que para elegir a un demócrata es indispensable que en el país exista algo de democracia, aunque se una pizca… Saludos.

    6. clase de tonteria, y su descripción de presidente querido es nada menos de que la de Fidel Castro de quien dice renegar, lo unico que siempre me molesta de esto es que donde va democracia en estos articulos deberian poner capitalismo neoliberal, que Cuba está en el Caribe y no tocaría otra cosa, entonces comenzaria a respetar un poquito estas opiniones, ja democracia, sobre esa palabreja hay que quemarse las pestañas mucho antes de ponerse a vociferar. Ah y precisar che, si usted quiere independencia pa Cuba o No, de ahi ponga sus recetas magicas para que los 11 millones de personas que habitan la isla comienzen a tener el nivel de vida de la clase media norteamericana, aunque creo que hay muchos que lo que creen es que van a ser del uno por ciento, y por ultimo digame de donde va a crear la acumulacion del capital, a estas alturas, que le permita esto, usted podra odiar a Carlitos, pero eso asbia muy bien de lo que habalaba cuando describio al Capital. Si me convence y presenta un plan posible va y hasta voto por usted.

    7. Buscar una figura que hable, que jale, que grite, que piense, por los 11 millones de cubanos ha sido, probablemente, el más grande error. Concuerdo que un hombre (mujer) con ideas democráticas, y además con un plan democrático republicano de política, sería muy conveniente, pero sería inocuo su trabajo sin una sociedad verdaderamente democrática.

    8. Díaz-Canel es el Nicolás Maduro que necesita el post-castrismo; una especie de Leonid Bhreznev platanero, un figurón obediente del Buró Político, pero… el nubarrón en ese programado apacible atardecer soviético es que la troika partido-ejército-DGI solo se mantiene halando pareja bajo la riendas de un jinete con control absoluto de estas tres bestias (el Castro de turno es la cuarta bestia del apocalipsis castrista).
      La Cuba estalinista «bajo» un testaferro como Díaz-Canel, de hecho será desgobernada por el PCC, y el problema es que el PCC es la única organización de la troika que no tiene armas, y cuando se desestabilice ese clusterfuck que llamamos Cuba, el hoy todopoderoso PCC desaparecerá sin tirar un chícharo, dejando a los segurosos y al ejército ripiándose por el poder.
      Pronóstico: En caso de cagástrofe el PCC se va volando patada en su rojo trasero, bota militar mediante; y luego de ser fusilados los jefazos segurosos, sus subalternos se reinventarán como los nuevos y más profesionales cárteles de la droga del hemisferio… y Liborio como siempre, apendejado, mudo, aguantón y muertoehambre. Amén.

      • y a ti Polo como cubano te toca buena parte de lo que le toca a Liborio, sobretodo lo de apendejado, mudo y aguanton, lo de muertodehambre me imagino que no pero en tu caso lo sustituiste por desagradable

      • Desconozco totalmente la clase de drogas que has usado antes de escribir el comentario, pero apuntas a una muy posible realidad… bien la pueden maquillar e inclusive querer guardar debajo del tapete, pero de que se van a pelear esta vaina, ni duda cabe.

    9. He muerto de la risa, porque es triste, patético por una parte, pero también hace que mueras de este surrealismo cubano. Bien por ti J.O.. aún recuerdo perfectamente tus cuadernos martianos y sus secuelas para muchos, incluido tú. Eres genial, siempre lo fuiste. Abrazos.

    10. Si hay un solo avion para salir echando de Cuba, Diaz Canel se queda en tierra, sera un presidente como Dorticos, una cuchara , que ni pincha ni corta. A recibir embajadores, a conclusiones de reuniones en las que nadie cree y lo que diga no vale nada. Ese es el futuro de este personaje, presidiendo delegaciones a Corea del Norte, Mongolia y tal vez hasta Angola

    11. Frito en su propio odio, a este autor se le quemaron los sentidos para conectarse con la realidad cubana y de su gente. No escribe nada que sirva. Solo lo elogian los que como él explotan de la impotencia de no poder cambiar algo en Cuba.

    12. Leo esto y me sonrio… tan incisivo como siempre, y manejando informacion interesante. De acuerdo a fulll con lo de que Cuba necesita un democrata, alguien preparado y con suficientes coj… para darle un giro a esto antes de que la Revolucion termine de irse a pique. Lo que me jode un poco, Juan Orlando, es que te plantees la posibilidad real de que Diaz Canel salga en el 2018. Gente, Diaz Canel, apodado «Cucharita» en los circulos internos del poder( pues ni pincha ni corta), no tiene posibilidad ninguna de salir» electo».
      Hagamos un poco de historia. Cuando en 2014- año en que Raul supuestamente se iba_se realizró una votacion secreta en la Asamblea- donde solo contaban,claro esta, los votos de los miembros del Consejo de Estado- para ver quien seguia dirigiendo esto. ¿Resultado? Machado Ventura, con un 54 por ciento, contrastando con el misero 2 por ciento que obtuvo «Cucharita». Pero, claro esta, Machado Ventura dijo NO. «Dejame con elPartido», le dijo a Raul- porque Machado Ventura es quien en la practica maneja el Partido y todos sus entresijos, Raul nunca en su vida ha estado pa eso.
      Por eso, ahora mismo, con Diaz Canel fuera de la ecuacion, puesto que no tiene amigos, los militares llevan rato pidiendo su cabeza, los del partido igual- por eso feu que tuvo que irse de Holguin, averigua Juan Orlando lo que le dejaron en la puerta de su casa,dicen que todavia se ve la marca del cuchillo- creo que convendria que el Estornudo repasara la lista de posibles candidatos. Te dejo lo que me sé por si te sirve
      Machado Ventura: imposible, ya tiene una operacion a corazon abeirto y se ha negado en mucahs ocasiones, aunque seria el que todos quisieran en el gobierno( con todos digo todos los entronados en la cumbre)
      Lazo:Imposible tambien, Lazo apenas puede ya caminar y esta demasiado viejo, aunque esto no haya sido nunca un problema
      Ramiro Valdés: Ja, antes se convoca al espiritu de Fidel pàra que se le monte a uno de la Camarilla y nos dirija que Raul permita que Ramiro, a quien no puede ni ver, salga presidente. Ramiro y Raul encarnan dos posturas muy distintas dentro del la ortodoxia, y Raul tiene el poder suficiente para impedir que salga.
      Alejandro Castro Espin: Ah, el hijo prodigo. Mal haces en descartarlo. Recuerda que el «Cangrejo»- apodado asi porque tiene un dedo de ams en una de las manos, no recuerdo cual- dirige de facto el ORgano de Informacion, que es el organo mas poderoso en Cuba. Ademas, tiene buena reputacion: se ganó sus grados a pulso, primero en Angola, donde perdio un ojo que despues trastocaria en protesis en una costosa operacion realizada en Belgica. Luego fue ascendiendo sin prisa, hasta llegar a general. Ha mantenido un perfil bajo, no se le conoce mucha basura, y tiene amigos bien ubicados. Es un candidato fuerte.
      Por ultimo, nos falta el que nadie se esperaba, y que es el candidato con mas papeletas a salir: nuestro querido, manso y culto Bruno Rodriguez Parrilla, considerado el candidato del compromiso.
      Todod esto, ojo te lo digo de buenas fuentes, que me aseguran que la pelea es entre Bruno y Alejandro, y que Diaz Canel esta viendo que puede obtene de alguno. Al parecer, el lio esta en que nadie sabea quien va a apoyar Gandarilla Bermejo, el ministro del Interior, quien anda por estos dias afanado con una investigacion a Dalia Castro-ordenada por Raul- y con el quebradero de cabeza de que en los ultimos dos meses ha tenido que meter presa a cerca de 45 oficiales, incluyendo 8 generales y su mismisima jefa de despacho, porque estaban metiendo contrabando en Cuba…
      Bueno eso es todo. Ojala te sirva de algo. Un abrazo Dadá

    13. […] Miguel Díaz-Canel, el nuevo presidente de Cuba, nació en 1960. Así que será el primero nacido después de la Revolución que acceda al máximo escalón del Estado, el primero en 60 años que no se apellida Castro y el primero en casi siete décadas que no viene amparado por el peso de sus charreteras. […]

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